Tras el cierre de puertas de la XVIII edición del pasado 2016 y el optimismo general palpable debido a los resultados obtenidos tanto a nivel empresarial de sus expositores como a nivel comercial por parte de sus visitantes, esta edición se presenta con una visión más globalizada del aceite a nivel internacional. No obstante, existen cuatro ejes estratégicos que hay que seguir manteniendo a lo largo del evento de cara a actuaciones posteriores por todos los profesionales del sector.

El principal desafío es gestionar adecuadamente el liderazgo global que posee el sector oleícola no solo en Andalucía, sino a nivel nacional. Por eso son tan importantes las relaciones comerciales que se establecen en este evento, ya que de este modo se mantiene la competitividad en las explotaciones olivareras y las empresas oleícolas.

Otro aspecto interesante a destacar es la propuesta de mejoras en las relaciones entre el sector y el territorio para generar valor y bienestar social mediante la diversificación y sostenibilidad ambiental; de esta forma se obtiene un producto de máxima calidad por medio de una materia prima inigualable, fuente de riqueza y sustento para miles de personas. Por otro lado, la Feria del Olivo también potencia actividades auxiliares al sector como es el oleoturismo, término acuñado recientemente que surge con fuerza ligado tanto a la promoción del patrimonio cultural como al patrimonio rural del olivar.

Si algo va a caracterizar a esta edición es la intensificación de la orientación al mercado y la internacionalización del sector, para que, tanto países no productores de aceite como los que sí realizan esta función, reconozcan el valor del oro líquido de nuestra tierra y se persiga una mayor presencia en estos mercados mediante alianzas estratégicas.

Por último, la comunicación y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) suponen en los últimos tiempos un avance en el entendimiento de todo el personal que converge en el sector olivarero. Esto es un factor de carácter relevante que la Feria tiene en cuenta, ya que motiva a los empresarios del sector a la introducción del comercio electrónico de aceite de oliva o la comunicación y promoción comercial mediante la gestión de redes sociales, fomentando la cultura de la innovación y el emprendimiento en el sector del olivar y los aceites de oliva.